Tuesday, December 25, 2007

Sueño del 25 de diciembre. El desdoblamiento de Annibal Smith


Annibal Smith se comporta de manera extraña. Puede ser que apenas conozca a sus compañeros. Se podría tratar del primer capítulo. Se pone a sermonear al resto de la pandilla, pero sus esfuerzos son inútiles. Por lo tanto sufre un desdoblamiento. En una oficina hay un Annibal Smith detrás de la mesa y otro en un asiento en un costado. Este último ordena que traigan el opio. Entonces entran dos hombres, uno de los cuales lleva un maletín. Le administran una potente dosis de opio al Smith detrás del mesón, que tiene el oficio de médium con la reina. Entonces Smith cambia notablemente de actitud. Sus palabras se vuelven certeras. Hay una seguridad arrolladora en todo lo que dice. Lo que dice son las órdenes de la reina. Hay un cuadro detrás del sillón ejecutivo. Es un retrato de la reina. De su boca sale un sobre con la nueva misión.

Wednesday, December 12, 2007

sueño 11 de diciembre

La pieza de mi tía bisabuela se transformaba en la pieza que yo tenía a los 10 años. La luz era como esa luz que hay cuando los cómplices se encierran en un cuarto a reírse, después de la fiesta. Sostenían a un bebé, que resultaba ser mi hijo. Sus ojos eran de un color café casi negro. Apenas conocía a su madre, pero me gustaba mucho. Luego instalaban cámaras y yo podía ver al bebé desde la pieza del lado.
Luego, todavía en mi casa antigua, le decía algo a mi padre, que estaba en el patio. El comenzaba a gritar, viniendo hacia mi. Mi corazón se aceleraba. Me ponía alerta. Nunca nos entendimos.
En un parque céntrico hay una cancha de tenis. En la cancha juega un tipo que ha aparecido en televisión por jugar bien al tenis y por ser pobre. Su nombre es extraño. Tiene la cara de un oscuro profesor de liceo. Yo soy el único que lo mira jugar desde las graderías, mientras leo un libro (Sade, tal vez). En un momento llega un montón de gente. Campeonato de último minuto. Dejan sus bolsos y sacan sus raquetas caras. Nos ordenan que nos vayamos. Yo me quedo sentado, leyendo a Sade en voz alta, mientras juegan al tenis. Un tipo que está cerca me escucha con atención. Se ríe. Le gusta Sade. Estoy ganando la partida.

Monday, December 10, 2007

sueños del 9 de diciembre

Soy muy ingrato con mi blog. Lo abandoné un tiempo porque mi vida se puso, cómo decirlo, más excitante. Se está pareciendo a lo que sueño, de cierta forma. Pero no me ha abandonado mi obsesión por los sueños. Hace tiempo me venía prometiendo un sueño fabuloso, para poder continuar con este registro mío, bastante subjetivo, cuestionable y por sobre todo, autorreferente. Hay una especie de liberación de la culpa al escribir los sueños. Y esto lo digo de manera impersonal porque lo he descubierto en mi escritura.
En fin, esto es lo que soñé anoche.
Sentí que mi madre me llamaba en el antejardín. Mi madre murió hace cinco años. Algo tenía que decirme. En los sueños los muertos no están muertos. Es un tiempo paralelo donde se da lugar a lo que podría haber ocurrido "si no...". En el espacio de las posibilidades, olvidamos que los muertos ya no están vivos, y no preguntamos nada. La curiosidad puede llegar a ser molesta.
En otra parte, un amigo me llamaba desde la esquina de la casa. Algo tenía que entregarme. Me mostraba algo que parecía ser un pedazo de papel.
Es interesante como los recuerdos de los sueños son gatillados por cosas que suceden al día siguiente. Una persona, una situación, un objeto, pueden soltar un torrente onírico acallado las más veces por la vigilia y la conciencia. Pero poner a la luz esos recuerdos y esa certeza de haber vivido esas cosas -la irremediable tristeza que conlleva descubrir que no fue real-, y luego contrastar eso con la vida que llamamos real -una es el complemento de la otra- y seguir adelante, representa al fin un acto heroico y cotidiano.
Mi sueño se desvanece, a pesar de los esfuerzos que hago por recordarlo. Es cierto, comenzamos el día en ruinas.