Wednesday, November 26, 2008

Sueño del 25 de noviembre. A hard night's day

Le muestro a mi hermano un televisor antiguo en la casa de mi padre. Él sale de su habitación sin hacernos mucho caso. Yo voy a la pieza de la entrada a tomar unas fotos de algunos artefactos, como teléfonos de disco, radios viejas y cosas así. Mi padre me dice que ha arreglado la cámara y que está con baterías nuevas (¿no es mecánica?). Por la forma en que lo dice supongo que no está de acuerdo con lo que hago. Es su manera de reprobarme.
Entonces doy una visita al antiguo baño, el blanco. Entre el calefont y el lavamanos hay un clóset de puertas blancas. Nunca lo había visto. Lo abro y no hay nada. Pero creo que tengo recuerdos aquí. Luego estoy en el parque y reconozco a unos amigos en un grupo a lo lejos. Luego estoy leyendo un comentarios acerca de mis sueños. Específicamente acerca de uno donde una chica quiebra un espejo con solo mirarlo. Ante el espejo hay un tipo, cuya imagen es trizada con el espejo. Según la comentarista aquí se detiene el tiempo, o se produce una fractura con el tiempo real. El espejo se quiebra tan lento como se abren las flores en la mañana.
Luego pasan unos conocidos en bicicleta. Vienen del trabajo, creo. Los sigo en bicicleta por la alameda de Santiago. Los sauces tienen ramas tan largas que nos impiden avanzar a ratos. Decidimos detenernos a cortar unas ramas. Al pie del sauce hay una camioneta y tres muchachas conversando. Creo que están haciendo la cimarra. Son chicas de campo, hablan despacio. Una de ellas es muy velluda, me fijo porque el sol le da en la cara.
Luego estoy en una celebración. Es el cumpleaños de mi hermano. Estoy tratando de eliminar un ruido molesto de la radio. Por más que cambio el preset de la radio no puedo deshacerme de un sonido. En medio de mi frustración vienen a pedirme hielo para los tragos. Les hago ver que estoy ocupado. Luego chequeo el piano. Todas las teclas suenan igual. Es la misma nota en todas las teclas (¿¿Qué mierda pasó con el piano, el lunes estaba bien y hoy recién es miércoles en la mañana??). Salgo al patio porque mi hermano invitò demasiada gente. Nos invitan al granero. En el patio hay otro piano, o tal vez sea el mismo, destruido casi por completo.
Voy con un amigo en una camioneta. De pronto este tipo, que va manejando, divisa a unos conocidos suyos en el parque y se detiene. Baja a saludarlos. Yo me quedo un momento en la camioneta y luego bajo. Saludo a todo el grupo -unas quince personas en total. De pronto el parque, se transforma y estamos en un living. Yo estoy sentado en un sofá con otras personas y mi amigo a la derecha. En los sillones de enfrente hay chicas sentadas. Una de ellas es una antigua novia, que no me reconoce. El grupo de chicas de la izquierda me llama la atención. Son tres chicas guapas y extrañas. Actrices probablemente. Se parecen bastante, pero no son idénticas. Podrían pasar por hermanas. Una de ellas tiene el pelo rojo y lleva un vestido celeste. Es muy desinhibida; su vestido es abierto por atrás -casi como una bata de hospital, pero más atractivo- y deja ver su ropa interior, color lila o gris. Está vestida como cabaretera. Luego de cuchichear con sus amigas, decide venir en busca de nosotros, así que se arrastra reptando hasta nuestro sofá. Uno de nosotros -mi amigo o yo- seremos los elegidos en un ritual que parece ser habitual por la reacción de los demás. La chica se acerca y nos mira. Cuando le ordena a la persona que está a mi izquierda que se vaya, me doy cuenta de que me ha elegido a mí. Mi mano izquierda está en el respaldo del sofá. Tengo en mi mano cerrada unos trozos de papel que arrojo antes de que ella se dé cuenta. Comienza a oler mi mano izquierda. Cigarro, me dice. Luego examina el dibujo que tengo en la palma de la mano. Una línea vertical que en el extremo superior se bifurca en tres líneas, que terminan coronadas por pequeños círculos. Son recuentos de mis sueños, le explico. Entonces le muestro la mano derecha, en cuya palma he anotado conceptos para memorizar mis sueños, en orden vertical. Cuando lee la última palabra -la de más abajo- me dice que he llegado al "japoral" (¿?), que es el último nivel de los sueños, el sueño autoconsciente. Cuando dice esto todo se acaba y de pronto nos estamos despidiendo de todo el grupo, que se va en camionetas en el atardecer. Nosotros seguimos nuestro camino.

Tuesday, November 25, 2008

Sueño del 24 de noviembre

Hay un río grande y profundo. Hace ese ruido con muchos bajos. El rio pasa por el medio de un acantilado. Las rocas son oscuras y húmedas. Yo camino a gran altura sobre un puente hecho de tablas, clavadas con tachuelas. Siento que voy a caer, así que sigo caminando, a estas alturas, gateando más bien. Apenas me atrevo a mirar hacia abajo la corriente.
Luego estoy duchándome en un teléfono público de la ciudad donde vivo. Parece ser una actividad cotidiana. Hay alguien esperándome con una toalla. Pasan muchos autos. Llega un amigo y me pide que lo acompañe. Me visto y caminamos un par de cuadras. Entonces el día se me hace de noche (Cadillacs) y recuerdo que debo ir a hacer clases. Debo abandonar a mi amigo y caminar a la esquina de la izquierda, para tomar una micro. A pesar de que vi la esquina de lejos, por más que camino no la encuentro. En el horizonte hay una linea celeste bajo un cielo negro. Es el mediodía. Vuelvo sobre mis pasos, por si me pasé, pero me encuentro con una especie de concentración... una señora grita por un megáfono y entonces todo es una casa antigua, con ventanales y yo estoy atrapado y solo y luego sé que es un sueño y decido volar y rompo una ventana y así salgo volando por el pasillo, por encima de atónitos invitados.