Wednesday, December 27, 2006

Sueño del 25 de diciembre

Una tía me dijo que en la casa donde vivía con mis papás habían vivido dos brujas hace mucho tiempo. Supongo que esto quedó en mi mente porque soñé que tenía poderes. Si me concentraba mucho podía controlar la imagen del televisor o lograr que se cortara la luz en el segundo piso. Luego en el sueño había una mujer que se transformaba en una especie de dragón con mezcla de pantera, que iba por un camino de campo muy apurada en su auto, a una reunión. En un cruce chocaba con otro tipo que iba a la misma reunión. Este tipo también tenía el poder de llamar a su dragón y cabalgar por los aires. Este poder lo había descubierto hace poco, en todo caso.
Los dos comenzaban una carrera y el tipo chocaba su auto contra el de la mujer. El tipo se transformaba y la mujer también, dejaban los autos atrás y comenzaba una lucha por los aires. El tipo era el que atacaba, la mujer en realidad quería llegar rápido. Al final, pasando por encima de un lago, la mujer se veía obligada a usar otro de sus poderes y hacía brillar algo en la superficie del lago; el dragón bajaba a toda velocidad, hechizado por este brillo, que resultaba ser un pez azul gigante con la boca abierta que se zampaba al dragón con jinete y todo.

Thursday, November 16, 2006

Tras diez años de silencio

Hago llegar
al blanco pensamiento de las hojas
pequeñas agujas que sujetan
grandes jarrones de porcelana
las manos invisibles de la rutina
abren puertas luminosas
y los escarabajos verdes
perfeccionan en las azoteas
sus danzas geométricas

Bajo el sonido de las palas y los anafres
es preciso remover toda la tierra
dejar en ella pedazos de cuerda
para esperar
la avasalladora sombra de las nubes
que pondrá a dormir a los semáforos
depositando otros colores en sus círculos
cerrados por los guantes del verano.

Tuesday, July 18, 2006

Ejercicios

El de antenoche
En mis sueños siempre hay bicicletas y ascensores. Yo iba en bicicleta por el campo, de noche. Iba muy rápido, a pesar de que el camino era de tierra. En eso veía al papá de un amigo en la vereda, que iba muy apurado porque el horario de visita se estaba acabando en la cárcel. Yo supuse que iba a ver a algún amigo suyo; las puertas de la cárcel se cerraban y yo miraba hacia atrás al papá de mi amigo con su eterno diario bajo el brazo. Seguí en mi bicicleta por el campo y de pronto llegué a Providencia, de día. Eso siempre pasa en mis sueños, en unas partes es de día y en otras es de noche. Me devolví y pasé por el mismo camino de tierra, la cárcel, la noche otra vez y me fui al otro lado. Llegué a Vicuña Mackenna con una mezcla de Molina o algo así. No me había dado cuenta de que andaba sin mi bicicleta, así que me devolví a buscarla a Providencia y como no estaba, volvía a cada rato, pero nada.

El de anoche
Hay cierta gente que dice que soñamos en blanco y negro. Hay otra gente que dice que eso es una tontera. Mi sueño en todo caso, era en colores; Soñé que hablaba con animales. Hablaba con un caballo en la playa. Yo estaba en mi casa y este caballo trataba de convencerme para entrar. Al lado había una vaca que hizo un comentario no muy grato hacia mi y que se sorprendió (lo supe porque sus pupilas se dilataron de inmediato) cuando se dio cuenta de que tenía la facultad de entender su idioma.
La segunda parte del sueño pasaba en la plaza de Curicó. Era una batalla de aves. Yo estaba parado en una esquina, y un centenar de aves –parecían ser gaviotas porque eran blanco y negro, sólo que éstas eran más voraces- cazaban ferozmente a unos pájaros más pequeños. .
No sé qué pensar respecto a éste. No lo tengo muy claro.

Sunday, June 04, 2006

Santiago

Desde la pieza del hotel vi como le sacaban la cresta a un tipo en el paradero de abajo. En la tele pasaban 24 hour party people. En la calle estaban todos borrachos. El plan era ir al zoológico al día siguiente. El domingo el tiempo estaba raro. Muy agradable. Vi un pájaro bañándose en el Mapocho. No pude identificar qué tipo de pájaro era. En una de ésas tenía un ala rota; trataba de descubrir esto mientras tú me obligabas a verte a la cara y fijarme en esas manchas rojas que aparecen en tus mejillas cuando estás llorando. En el zoológico los animales estaban todos dormidos. Todos peleaban con todos. El tigre blanco persiguió al otro tigre porque se metió en su territorio, incluso las ovejas de Somalía peleaban por un maní. El sol salió muy fuerte, bajamos y tomamos el taxi al hotel. Ibamos de vuelta por el parque forestal cuando pasaron estos tipos filmando una película arriba de una camioneta, querían una panóramica del Mapocho, supongo. Hicimos las maletas y bajamos. Esta es la vida real.

Wednesday, April 12, 2006

Los pies mojados del hombre no disponible

El primer día de lluvia es complicado. Eso lo sabe cualquier conductor experimentado: en el pavimento se forma una capa jabonosa, una mezcla de petróleo, aceite y uvas.
Voy ahora en un bus. La sensación de mis pies mojados es persistente así que cada vez que quiero pensar en otra cosa me veo obligado a volver a mí y mis pies mojados.
Si solo hubiera sabido que esta puta lluvia se venía en serio me hubiese tomado la molestia de sacarle las telarañas a ese horrible paraguas y no hubiese considerado bajo ninguna circunstancia usar estas zapatillas de lona.
Camino un rato, con lluvia, entre duelos visuales por un trozo de alero. No quiero saludar a nadie, evito a las personas, sobre todo si son conocidas.
Este bus avanza por la carretera mojada, leo las patentes, los letreros de "se vende", los de pepsi, los teléfonos en los camiones y me imagino a la gente detrás de esos teléfonos, quiénes serán, qué estarán haciendo ¿habrán vivido alguna experiencia que les haya hecho replantearse completamente su vida? ¿tendrán miedo a la muerte? ¿cuántos metros habrá desde aquí hasta el horizonte?
En fin, así voy tragándomelo todo.

PD: agradezco a mi abuela Afife por el pan con pollo y mayonesa y la copa de vino a la rápida.

Thursday, February 02, 2006

Comienzan los dias nublados


Mi abuela dice que el tiempo ya está cambiando. Está comenzando a soplar el viento de mayo cuando recién es febrero. Regamos el pasto día por medio, aunque con el cambio de color y de posición comienzo a pensar que la cosa se pone difícil.
Asumo la identidad de quien escribe por escribir; estoy creando una fotonovela con un robot y una niña conejo como personajes. Para este último he reclutado a Emilia, mi hija pequeña, así que todo se volvió caótico; el robot existencialista buscaba a la niña conejo para que le respondiera algunas preguntas bastante espinudas, pero ésta ya se había sacado los zapatos y comenzaba a llenar la chimenea con adornos navideños, así que perfectamente se podía decir que la niña conejo estaba en otra cosa. El robot, por su parte, esperó pacientemente su desarme, bañado por la pésima luz de una lámpara de 60 watts.