Thursday, March 13, 2008

Mi amigo CAT


Hace tiempo que no nos veíamos con mi amigo Cristian. Nos pusimos a caminar hacia el centro, buscando algún bar para tomar un par de cervezas. Habíamos fumado algo de marihuana antes de salir, así que el atardecer nos sentaba bien. "Santiago está cambiado" me dijo. Estábamos al lado de Estación Central. Rechacé la opción de La Piojera, por ser demasiado tentadora. "Si entro no salgo", le dije. Seguimos caminando, hacia Plaza de Armas. Vimos unas imágenes increíbles. Lamentamos no andar con cámara. Personas barriendo las calles, levantando el polvo con el sol poniéndose en el horizonte. Como un pasillo de luz. Qué atardecer. "Tienes que salir; ir donde las papas queman. A ti te iría bien en Alemania", me dijo. Luego Cristian trataba de decir algo, pero no podía. Gesticulaba, se llevaba las manos a la cara y negaba con la cabeza. Yo estallé en risa. Recordé que por eso éramos amigos: muchas veces no era necesario explicar las cosas. Yo siempre entendía. Entonces recordé cuando lo conocí ahí en el departamento de la Trini, su reclusión nocturna, su taller del barrio Brasil y la inolvidable guerra de naranjas, su ida a Bolivia, el viaje a la playa y las diapositivas de la caleta, su casa al frente del shop negro, la película dondé actué y que él y Nancy dirigieron. Todo eso había quedado atrás.
De pronto nos encontramos al medio de la Plaza de Armas. "Salgamos de aquí" dije yo. El gentío siempre me pone nervioso. Mi amigo, al contrario, se veía relajado. Admiro eso en él, el meterse así en medio de la multitud, en la incertidumbre, a diferencia de mí, siempre buscando refugio de manera un tanto pusilánime. Seguimos caminando. "¿Y si pasamos al 7?". Pero el 7 ya no era bar, sino solo restaurant. Vimos unas pantallas gigantes al frente de la Biblioteca Nacional. "No sabes el laboratorio que es Chile", me dijo. Seguramente yo le contesté alguna burrada que había leído en un ensayo. Finalmente nos olvidamos de la cerveza y optamos por un café turco, donde Julio. Las cervezas vinieron al rato. Eso y una buena música.

1 comment:

Anonymous said...

gracias hermano por dejarme entrar en esos sueños despiertos y magicos
y porque en esa tarde fuimos dos heroes intentando apagar un incendio
!ninguna cancion podrá parar la guerra¡